LOS POETAS Y LOS MITOS
No ha sido este mi caso, pues creo que cuando yo llegué a la mitología y siendo consciente de ello, ya había escuchado en la voz de mi hermano Victoriano, que por entonces era pastor de ovejas, el famoso romance titulado: La loba parda. Versos que bien se quedaron en la memoria que se ocupa de retener en el tiempo, lo que es muy difícil de olvidar.
En lo que se refiere a la mitología, no la descubrí hasta más tarde, cuando el famoso poema de La Odisea, la mi ya nombrada profesora de Literatura, monja y directora del colegio a la que llamábamos la madre María Antonia, gran entusiasta de todo aquello que estuviera escrito y sin llegarme a nombrar ninguno de los magníficos autores que tuvieron que salir fuera de España o bien fueron asesinados, como Lorca, o desterrados como lo fue el gran Antonio Machado. La censura franquista, nos lo tenía prohibido. Manuel Machado sí, pero nada de su hermano.
Al ser una niña que estaba pasando a la adolescencia, no era tan capaz como el autor sevillano, de darme cuenta de esa tristeza que le parecía a Cernuda la religión que en mi caso, estaba sustentada en la dictura de ese general llamado Franco, dónde estaba prohibido poner en duda cualquier aspecto de la vida que llevábamos entre misas, rosarios y oraciones al Todopoderoso Creador, sin cuestionarme en ningún momento, aquella España gris de los años sesenta, dónde la religión lo inundaba TODO.
Sin embargo, tengo la anécdota de cómo el padre Ángel, capellán de las monjas que vivía en una casita en un lugar del enorme patio que teníamos, un día cuándo ya se iba a jubilar o más bien retirarse de sus oficios religiosos, pues padecía del corazón, me dejó en una de esas estampas de aquellas en blanco y negro, estos versos que después me he dado cuenta, pertenecían a Miguel Hernández :
El odio se amortigua,
detrás de la ventana,
será la garra suave,
dejarme la esperanza.
Recuerdo que de tanto leerlos, me los aprendí de memoria. Después de varios años, un día los recordé y entonces comprendí que don Ángel era un seguidor del poeta de Orihuela, nacido en 1910.
Siempre he tenido esos versos guardados en un misal, pero cómo más de una vez me he cambiado de casa, por más que los busco, no acabo de encontrarlos, pero de mi mente nunca se han borrado.
(c) Texto y fotos: Luz del Olmo Veros